PRIMAVERA Y HOMEOSTASIS

Ya esta aquí la primavera, durante los proximos tres meses los días y las noches acaban por ser igual de largos, además  comienza la mitad luminosa del año. Con rapidez, cada día la luz solar iluminará un poco más de tiempo. La clorofila  discurre de nuevo por todas las plantas y  la naturaleza toma numerosas tonalidades del verde que se extienden por doquier. Las semillas se abren y muestran los primeros signos de crecimiento,  germinan mostrando en miniatura la planta que llegará a ser. Los brotes se despliegan enseñando las hojas que crecerán durante esta estación. Y  los pájaros se buscan mediante trinos complicados y estruendosos,  para  fabricar los nidos que acogeran a su progenie.

Aprovechemos para comer verduras de hoja verde como alcachofas, puerros, acelgas, apio, guisantes, alga wakame, zumos de cítricos y de otras frutas,  verduras fermentadas (pickles) y germinados. Junto a estos alimentos, una taza de  té de 3 años con limón y una cucharada de aceite de primera presión en frío, cada día, mantienen el hígado y la vesícula biliar  relajados,  y en consecuencia, el organismo gana en flexibilidad articular y distensión muscular.

Igual que  la naturaleza que nos rodea,   nuestra persona  despierta y renace.  Aparece la energía necesaria para realizar los planes personales y surge la inspiración. Es el momento de soltar afuera para que algo nuevo crezca dentro, como dice la canción. Dejando espacio que da lugar a la creación. y  facilita la expresión de nuestro ser. Es el tiempo de eliminar la impaciencia y el exceso de orden, la tensión y la ira. Se hace relevante, manifestar  los desacuerdos  a las personas con quien los experimentamos. También, corresponde dejar ir el  pasado para renacer al presente.

El amarillo de las primaveras, de los lirios silvestres y de los dientes de león que cubren con sus alfombras el verdor de la hierba nueva, brillan bajo los rayos del sol que se vuelven más cálidos durante esta estación. La floración ha estallado en suelos y árboles,  y lanza sus destellos  rodeando nuestra vida de luz y color. Ahora proyectamos en el exterior  las ideas maduradas en la quietud interna.

 

 

 

¡Oh!, la violeta,

 

que sale al encuentro

 

en mi camino.